Los nanotubos de carbono se han convertido en los últimos años en objeto de investigación para la nanotecnología, la ciencia de materiales y la electrónica. Gracias a su excelente estabilidad mecánica y sus propiedades de conducción de electricidad, se han convertido también en uno de los materiales de carbono puro más populares.
Los nanotubos de carbono son estructuras cilíndricas formadas por átomos de carbono, y tienen un diámetro interno de > 0,9 nm. Esto se emplean, por ejemplo, en la fabricación de transistores de efecto de campo capaces de establecer campos eléctricos con una alta densidad de corriente, como relleno en materiales compuestos modernos y cojinetes a nanoescala.
Para el tratamiento térmico de los nanotubos de carbono se requieren temperaturas superiores a los 2000 °C a fin de eliminar defectos estructurales como vacantes e impurezas metálicas. Igualmente, para modificar la estructura misma de los tubos transformándolos de nanotubos de pared simple (SWNT) a nanotubos de pared doble (DWNT), o incluso a nanotubos de pared múltiple (MWNT), se requieren altas temperaturas.
Tanto los DWNTs como los MWNTs son mucho más estables que los de pared simple. El cambio estructural que convierte un SWNT en un DWNT o un MWNTs se produce a una temperatura entre 2000 °C y 2800 °C bajo atmósfera de argón.
El horno de laboratorio de vacío con aislamiento de grafito LHTG permite trabajar a temperaturas de hasta 3000 °C y es ideal para esta aplicación, mientras pueda trabajarse con carbono en su atmósfera.